Es fundamental contar con un marco regulatorio claro y favorable que incentive la inversión en tecnologías de hidrógeno. Esto incluye la implementación de políticas de apoyo, como subvenciones y exenciones fiscales, para proyectos de hidrógeno verde. Además, es crucial la colaboración entre diferentes niveles de gobierno (nacional, autonómico y local) para coordinar esfuerzos y maximizar el impacto de las iniciativas.
En el ámbito empresarial, las empresas deben apostar por la innovación y la adopción de tecnologías de hidrógeno en sus procesos productivos. Repsol, por ejemplo, ya está liderando en este campo con proyectos de hidrógeno renovable que buscan descarbonizar sus procesos y productos. La colaboración público-privada también es esencial para desarrollar infraestructuras adecuadas, como hidrogenoductos y estaciones de servicio de hidrógeno.
Nos enfrentamos al desafío multifacético de aprovechar todo el potencial de la energía de hidrógeno, algunos de los grandes retos para la implantación del hidrógeno renovable son:
- Coste de producción: El coste de producción del hidrógeno, impulsado por el CAPEX de los electrolizadores y los precios de la electricidad, es muy alto, lo que dificulta la viabilidad económica sin subsidios. Para la creación del mercado, impulso a la demanda e inversión en tecnología, los fondos europeos y nacionales son un componente crítico, igual que lo son para desarrollar cualquier tipo de tecnología que se encuentra en estado incipiente.
- Complejidad regulatoria: Es necesario evitar una excesiva complejidad en la definición, implementación y monitoreo del hidrógeno bajo en carbono y verde, y centrarse en ampliar el mercado de manera pragmática.
- Incentivos y demanda: Se necesitan incentivos para la puesta en marcha de nuevos proyectos de producción y mecanismos que estimulen la demanda, fomentando la creación de un mercado líquido y competitivo. Es fundamental fomentar la diversificación de usos y la demanda: el hidrógeno es el inicio de nuevas cadenas de valor más allá de su uso directo en la industria, esto es, como almacenamiento de energía, como materia prima en la producción de combustibles sintéticos o como combustible directo en movilidad.
- Marco jurídico y administrativo: Es fundamental establecer un marco jurídico y administrativo estable y favorable a la descarbonización, que cree certidumbre a largo plazo y atraiga inversores.